La sierva de Dios Isabel I de Castilla (Madrigal de las Altas Torres, 22 de abril de 1451-Medina del Campo, 26
de noviembre de 1504) fue reina de Castillaa desde 1474 hasta 1504, reina
consorte de Sicilia desde 1469 y de Aragón desde 1479,2por su
matrimonio con Fernando
de Aragón. Es llamada «la
Católica», título que les fue otorgado a ella y a su marido por el papa Alejandro VI mediante la bula Si convenit, el 19 de diciembre
de 1496.3 Es por lo que se conoce a la pareja real con el nombre de Reyes
Católicos, título que usarían en adelante prácticamente todos los reyes
de España.
Se casó en 1469 con el príncipe Fernando de Aragón.
Por el hecho de ser primos segundos necesitaban una bulapapal de
dispensa que solo consiguieron de Sixto IV a través de su enviado el cardenal Rodrigo Borgia en 1472. Ella y su esposo Fernando conquistaron el reino nazarí de Granada y participaron en una
red de alianzas matrimoniales que hicieron que su nieto, Carlos,
heredase las coronas de Castilla y de Aragón, así como otros territorios
europeos, y se convirtiese en emperador del Sacro Imperio Romano.4
Isabel y Fernando se
hicieron con el trono tras una larga lucha, primero contra el rey Enrique IV (véase Conflicto por la sucesión de
Enrique IV de Castilla) y de 1475 a 1479 en la Guerra de Sucesión Castellana contra los partidarios de la otra pretendiente al trono, Juana. 5 Isabel reorganizó el sistema de gobierno y la administración, centralizando
competencias que antes ostentaban los nobles; reformó el sistema de seguridad
ciudadana y llevó a cabo una reforma económica para reducir la deuda que el
reino había heredado de su hermanastro, y predecesor en el trono, Enrique IV.
Tras ganar la guerra de Granada los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de sus reinos6y, años más
tarde, también a los musulmanes.
Isabel concedió apoyo
a Cristóbal
Colón en la búsqueda de las Indias
occidentales, lo que llevó al descubrimiento de América.7 8 Dicho acontecimiento tendría como consecuencia la conquista de las tierras descubiertas y la creación del Imperio
español.
Isabel vivió 53 años,
de los cuales gobernó 30 años como reina de Castilla y 26 como reina consorte de Aragón al lado de Fernando II.
Primeros años
Isabel de Castilla,
hija de Juan
II de Castilla y de su segunda mujer, Isabel de Portugal (1428-1496), nació en Madrigal de las Altas Torres (Ávila)b el 22 de abril de1451, Jueves Santo,
en el palacio que hoy ocupa el Monasterio de Nuestra Señora de Gracia. El
lugar y la fecha de nacimiento han sido históricamente discutidos, toda vez que
cuando nace, nadie es consciente de la importancia que esa niña iba a tener en
el futuro. Madrigal era entonces una pequeña villa de realengo donde
circunstancialmente residía su madre, Isabel de Avis, y de ella recibe el nombre que
entonces no era frecuente en España.
Dos años después, en Tordesillas, nació
su hermano Alfonso.
Con anterioridad, fruto del matrimonio entre Juan II de Castilla y María de Aragón, y por lo tanto hermano de
Isabel por parte de padre, había nacido Enrique, que accedería al trono en 1454
como Enrique IV.
A la muerte de su
padre en 1454, Isabel fue enviada con su madre y su hermano Alfonso a la villa
de Arévalo,
donde vería los ataques de locura de su madre. Ésta es una época de
dificultades, incluso económicas. En esta época Isabel se dedicó a leer libros
religiosos. También trabó amistad con Beatriz de Silva (1424-1491), a la que luego ayudaría en la fundación
de la Orden de la Inmaculada Concepción y a la que donó los palacios de Galiana en la ciudad de Toledo. Otros
personajes importantes en este momento y en general en su vida fueron, en el
ámbito toledano, Gutierre
de Cárdenas, su esposa Teresa
Enríquez y Gonzalo Chacón.
En 1461, Isabel y su
hermano Alfonso son trasladados a Segovia, lugar donde
se emplazaba la Corte, por estar cercano el nacimiento de la hija de los reyes,
doñaJuana
de Castilla. Pronto los enemigos del rey la apodaron Juana «la
Beltraneja», propagando el rumor de que el padre era Beltrán
de la Cueva.
Una parte de los
nobles se enfrentaron al rey Enrique, formaron un bando alrededor de su
hermanastro Alfonso, de solo 12 años, y llegaron a deponer a Enrique en la «farsa de Ávila».
Isabel permaneció al lado de Alfonso durante este tiempo. Sin embargo, en 1468, Alfonso murió
en Cardeñosa,
quizás envenenado.
A pesar de las
presiones de los nobles, Isabel rechazó proclamarse reina mientras Enrique IV
estuviera vivo. Por el contrario, consiguió que su hermanastro le otorgase el
título de Princesa de Asturias, en una discutida ceremonia que tuvo lugar en
los Toros de Guisando, el 19 de septiembre de 1468, conocida como laConcordia de Guisando. Isabel se constituyó así como
heredera a la corona, por delante de Juana, su sobrina y ahijada de bautismo, a
quien parte de la nobleza no consideraba legitimada para ocupar el trono por
las dudas que había sobre su paternidad. A partir de este momento, Isabel pasa
a residir en Ocaña, villa
perteneciente a don Juan Pacheco,
marqués de Villena. El rey inicia contactos diplomáticos con otras casas reales
para lograr un acuerdo matrimonial que le reporte beneficios.
Acuerdos matrimoniales
Armas combinadas de los Reyes Católicos. El soporte
del águila
de San Juan con nimbo fue usado ya en 1473 en el escudo de armas de
Isabel siendo aún princesa. El lema o mote «Tanto monta...»
explicaba la divisa personal de Fernando II de Aragón, que adoptó un yugo con un nudo
cortado en alusión al nudo gordiano, que
tanto daba (tanto montaba) desatarlo como tajarlo. La divisa propia de la reina
era el haz de flechas. Tras la unión de coronas, estos dos elementos pasaron al
blasón común, que tomó elementos heráldicos de los dos consortes.10 11
Sin embargo, Enrique
IV rompió este acuerdo, seis años más tarde, para comprometerla con Carlos,
príncipe de Viana. El matrimonio no llegó a consolidarse, por la férrea
oposición de Juan
II de Aragón. También fueron infructuosos los intentos de Enrique IV
por desposarla con el rey Alfonso V de Portugal, primo en segundo grado de
Isabel y casi 20 años mayor que ella. En 1464, logró reunirlos en el Monasterio de Guadalupe, pero ella le rechazó,
alegando la diferencia de edad entre ambos.
El 18 de septiembre de
1468, Isabel fue proclamada Princesa de Asturias por medio de la Concordia de los Toros de Guisando, revocando
Enrique IV de este modo el anterior nombramiento de su hija Juana.
Tras la ceremonia, Isabel pasó a vivir en Ocaña, en contacto
estrecho con la Corte. Enrique IV convino de nuevo el enlace entre Isabel y el
rey Alfonso V de Portugal, ya que en el Tratado de los Toros de Guisando se
había acordado que el matrimonio de Isabel debía celebrarse con la aprobación
del monarca castellano. La propuesta entrañaba también el proyecto de casar a
su hija Juana con el príncipe heredero Juan,
hijo de Alfonso V de Portugal. De esta manera, Isabel sería trasladada al reino
vecino y, a la muerte de su esposo, los tronos de Portugal y de Castilla
pasarían a Juan II de Portugal y su esposa, Juana. Isabel se negó.
Tras esto, el rey
trató de que se desposara con el duque de Guyena, hermano de Luis
XI de Francia; de nuevo Isabel se negó. El monarca francés pidió
entonces la mano de Juana para su hermano, el duque de Guyena; Luis XI quería
alejar al duque de su entorno por suponer una amenaza para él. Los esponsales
se realizaron en Medina del Campo(1470), pero el duque murió
en 1472 de tuberculosis,[cita requerida] antes de conocer a la novia.
Mientras tanto, Juan
II de Aragón trató de negociar en secreto con Isabel
la boda con su hijo Fernando. Isabel y sus consejeros consideraron que
era el mejor candidato para esposo, pero había un impedimento legal, ya que
eran primos segundos (sus abuelos, Fernando de Antequera y Enrique III, eran hermanos). Necesitaban, por tanto,
una bula papal que les exonerara de la consanguinidad. El Papa, sin embargo, no
llegó a firmar este documento, temeroso de las posibles consecuencias negativas
que ese acto podría traerle al atraerse la enemistad de los reinos de Castilla,
Portugal y Francia, todos ellos involucrados en negociaciones para desposar a
la princesa Isabel con otro pretendiente.
Personas del entorno
de Isabel falsificaron una supuesta bula emitida en junio de 1464 por el anterior Papa, Pío II, a favor de
Fernando, en la que se le permitía contraer matrimonio con cualquier princesa
con la que le uniera un lazo de consanguinidad de hasta tercer grado. Isabel
aceptó y se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Cervera, el 5 de marzo
de 1469.
Para los esponsales y ante el temor de que Enrique IV abortara sus planes, en
mayo de 1469 y con la excusa de visitar la tumba de su hermano Alfonso, que
reposaba en Ávila, Isabel escapó
de Ocaña, donde era custodiada estrechamente por don Juan Pacheco. Por su
parte, Fernando atravesó Castilla en secreto, disfrazado de mozo de mula de
unos comerciantes.12 Finalmente, el 19 de octubre de 1469 contrajeron matrimonio
en el Palacio de los Vivero de Valladolid.
El matrimonio costó a
Isabel el enfrentamiento con su hermanastro el rey. En 1471 el papa Sixto IV envió al cardenalRodrigo
de Borja a España como legado papal para arreglar
diversos asuntos políticos en la península, entre ellos este enlace. Con él
trajo la Bula de Simancas,
que dispensaba de consanguinidad a los príncipes Isabel y Fernando.c Borja negoció con ellos: les daría la bula a cambio de que ellos le
concedieran la ciudad de Gandía a su hijo Pedro
Luis. Isabel y Fernando cumplirían su parte del trato en 1485.13
Reinado
Al morir Enrique IV,
Isabel se proclamó Reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474 en Segovia, basando su
legitimidad en elTratado de los Toros de Guisando. Estalló entonces la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) entre los partidarios de Isabel y los de
su sobrina Juana. El Tratado
de Alcaçovas puso fin a la contienda, reconociendo a
Isabel y Fernando como reyes de Castilla a cambio de ciertas concesiones a Portugal. Tras la
guerra Isabel mandó construir el Monasterio de San Juan de los Reyes.14
Instruyó a sus hijos
en que tenían unas obligaciones por su rango de hijos de reyes, y que debían
sacrificarse mucho por ese motivo. Los llevó consigo durante las campañas
militares, pero también veló siempre por su bienestar, como lo prueba su valor
ante el motín que tuvo lugar en el alcázar de Segovia en 1476.15 Allí tenían instalada los reyes la corte y allí vivía, en el alcázarsu
primogénita Isabel bajo la protección y cuidado de su amiga Beatriz de Bobadilla y de su esposo, el alcaide Andrés Cabrera. Éste
era de origen judío, lo que en aquella época era fuente de tensiones raciales,
y se le acusaba de querer aprovecharse de la confianza que los reyes le tenían,
además de acusarle de malversación de fondos y de tiranía. El tumulto se
convirtió en motín cuando unos provocadores, disfrazados de campesinos y con
armas ocultas, arengaron a la población para destituir al alcaide. Hacia el
Alcázar se dirigió una masa de gente furiosa, armada con herramientas de
campesinos, palos y piedras. La reina se encontraba con el cardenal Mendoza cuando se enteró de lo ocurrido, pero ni uno ni otro tenían tropas
suficientes para defender la plaza. Temerosa del riesgo que podía correr su
hija, la reina subió a su caballo y, acompañada por tres guardias, cabalgó 60
kilómetros hasta Segovia. A la entrada, el obispo intentó detenerla por el gran
peligro que corría, pero Isabel desoyó el consejo y avanzó hasta el Alcázar.
Entró y dejó las puertas abiertas para que entraran todos los amotinados para
exponerle sus quejas. Tras estudiar las quejas, mantiene en el puesto a Andrés
Cabrera. El pueblo de Segovia le guardó fidelidad a partir de ese momento.16
Durante las campañas
militares de Fernando, la reina estuvo siempre en la retaguardia, acompañada de
sus hijos y pendiente de proveer lo necesario. Su ayuda fue decisiva para la
victoria castellano-aragonesa en la Guerra de Granada,17 como lo demuestran los hechos de la rendición de Baza
(Granada). Sucedió que la ciudad llevaba cercada bastante tiempo
pero la población no quería rendirse y los soldados cristianos comenzaban a
desmoralizarse por el largo asedio. El reyFernando pide a su mujer que se presente en el campo de batalla para levantar la
moral de las tropas. Así lo hace Isabel, haciéndose acompañar de varias damas y
de su primogénita Isabel. El impacto de su presencia fue inmediato, no sólo
para las tropas cristianas, sino para la población asediada que inició su
rendición, pero no ante el rey guerrero, sino ante la valerosa reina.18 Además, Isabel fue la precursora del Hospital
de campaña, al hacerse acompañar de personal médico y ayudantes para
atender a los heridos en el campo de batalla.19
Creyó en los proyectos
de Cristóbal
Colón, a pesar de las muchas críticas y reacciones políticas
adversas de la Corte y los científicos. Es sin embargo falsa la leyenda que
dice que financió con sus joyas el viaje que llevaría al descubrimiento de
América.[cita requerida] Durante el reinado común con Fernando se produjeron hechos de gran
trascendencia para el futuro del reino, como el establecimiento de la Santa
Inquisición (1480), la creación de la Santa
Hermandad, la incorporación delReino nazarí de Granada, así como la unificación
religiosa de la Corona Hispánica, basada en la conversión obligada de los
judíos, so pena de muerte o expulsión (Edicto de Granada, 1492) y más tarde de
los musulmanes.
Tras el descubrimiento
de América en 1492 comenzó el proceso de
evangelización de los indígenas nativos confiándole esta tarea a los monjes paulinos húngaros que se marcharon a las nuevas tierras en los próximos viajes de Colón.20 Los reyes se preocuparon por la conversión y el trato justo de los
amerindios. Limitaron la esclavización de los indígenas iniciada por Colón a los casos previstos en las leyes
castellanas de la época y prohibieron, con poco éxito, el repartimiento de indios entre los españoles
asentados en el Caribe. Tras el fallecimiento el gobernador Ovando aprovechó el vacío de poder para instaurar la institución de la encomienda en la isla Española.21 Isabel y Fernando firmaron con Portugal elTratado de Tordesillas (1494) que delimitó sus esferas de influencia
en el océano
Atlántico. Por deseo de los comerciantes urbanos creó la Santa
Hermandad, cuerpo de policía para la represión del bandidaje,
creando unas condiciones mucho más seguras para el comercio y la economía.
Para sus campañas
militares contó con el servicio de Gonzalo Fernández de Córdoba (El Gran Capitán), que intervino en la conquista de Granada (1492), en las dos
primeras Guerras de Italia y en la tomade Cefalonia (1500).
Dada la histórica
implicación de la Corona
de Aragón en Italia y por otra serie de razones22 (sus virtudes cristianas, la conquista de Granada, la expulsión de los
judíos y la cruzada contra los musulmanes), Fernando e Isabel recibieron el
título de Reyes
Católicos otorgado por el PapaAlejandro VI,
mediante la bula Si convenit, de 19 de diciembre
de 1496. Dicho título fue heredado por los descendientes en el trono (tanto
austrias como borbones), poseyéndolo actualmente el rey Felipe
VI de España.d El papa Alejandro VI le concedió la distinción honorífica de Rosa de Oro de la Cristiandad en 1500.
Al final de sus días,
las desgracias familiares se cebaron con ella. La muerte de su madre Isabel, su
único hijo varón y el aborto de la esposa de éste, la muerte de su primogénita
y de su nieto Miguel (que iba a unificar los Reinos de los Reyes Católicos con
el de Portugal); la presunta «locura» de su hija Juana (que desafió
abiertamente a su madre en Medina del Campo) y los desaires de Felipe el
Hermoso; la marcha de su hija María a Portugal, tras casarse con Manuel I de
Portugal y la incertidumbre de su hija Catalina tras la muerte de su esposo
inglés, la sumieron en una profunda depresión que hizo que vistiera de riguroso
luto el resto de su vida.
Muerte
Estaba la corte en Medina del Campo (Valladolid), cuando se declaró la grave enfermedad, una hidropesía, dijo como testigo Pedro Mártir. Consciente del desenlace, mandó que las misas por su salud se tornaran por su alma, pidió la extremaunción y el Santísimo Sacramento. Habiendo otorgado testamento a 12 de octubre, falleció poco antes del mediodía del 26 de noviembre de 1504, en el Palacio Real:
Mi cuerpo sea sepultado en el monasterio de S. Francisco que es en el
Alhambra de la ciudad de Granada (...) en una sepultura baja que no tenga bulto
alguno, salvo una losa baja en el suelo, llana, con sus letras en ella. Pero
quiero e mando, que si el Rei eligiere sepultura en otra cualquier iglesia o
monasterio de cualquier otra parte o lugar destos mis reinos, que mi cuerpo sea
allí trasladado e sepultado junto (...). Diego
Clemencín, 1821.
Primeramente fue
inhumada en el monasterio de San Francisco de la Alhambra, el 18
de diciembre de 1504, en una sencilla sepultura, según su
deseo. Poco después, sus restos mortales, junto con los de su esposo Fernando
el Católico, fueron trasladados a la Capilla Real de Granada. Su hija Juana I y el marido
de ésta,Felipe
el Hermoso, también reposan allí. Asimismo se enterró en este lugar
a su nieto Miguel de la Paz,
hijo del rey Manuel
I de Portugal y la infanta Isabel de Aragón, quien
falleció poco antes de cumplir los 2 años de edad.
En el museo de la
Capilla Real se encuentran la corona y el cetro de la reina, quien además dotó
a la Capilla de un importante grupo de cuadros (aún in situ), deBotticelli, Dirk Bouts, Rogier van der Weyden y Hans Memling, entre
otros, y muchas de sus pertenencias personales.
Testamento
y sucesión
En su testamento la
reina estipuló que, si bien la heredera del trono era su hija Juana,
el rey Fernando administraría y gobernaría Castilla en su nombre al menos hasta que el infante
Carlos, primogénito de Juana, cumpliera veinte años.23Después de
los hijos de Juana la línea sucesoria pasaría a María, la hija menor de Isabel, y solo después a Catalina.24
Sin embargo la nobleza
castellana no apoyó a Fernando y este optó por retirarse a Aragón. El gobierno
de Castilla quedó entonces para el rey Felipe
I, esposo de Juana, pero a los pocos meses murió repentinamente y ello
llevó a que Fernando fuese nombrado de nuevo regente.25 Juana fue encerrada en Tordesillas por su padre, que gobernó Castilla hasta
su muerte en 1516. Le sucedió Carlos, hijo de Juana y nieto de Isabel y
Fernando.
Por otra parte en su
testamento Isabel les pidió a sus sucesores que se esforzasen en conquistar
para el cristianismo el Norte de África continuando la reconquista peninsular 26 y que se convirtiese al cristianismo a los habitantes de América («las
yslas y Tierra Firme del Mar Oçéano») y se les tratase justamente.23
El testamento original
de la reina se conserva en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe.
Una copia se envió al monasterio de Santa Isabel de laAlhambra de Granada. Y otra, a
la catedral de Toledo, aunque desde
1575 pasó al Archivo General de Simancas.24
En 1864 Eduardo
Rosales representó el momento en el que la reina
dicta su testamento en el cuadro Doña Isabel la Católica dictando su testamento.27
Posteridad
Durante los siglos XVI
y XVII la figura de Isabel fue relativamente eclipsada en la memoria histórica
por la de su marido, el rey Fernando,28 al que los cronistas de aquellos tiempos pintaban de magnánimo, afable,
templado y dispuesto a negociar, en contraste con el rigor e inflexibilidad que
se proyectaba en los retratos de Isabel.29 A principios del siglo XIX Diego
Clemencín escribió un Elogio de la Reina Católica que por primera vez se
centró en la figura de la reina, a la que colmó de virtudes, relegando a su
marido a un segundo plano. Esta obra influyó en todos los historiadores
siguientes hasta al menos mediados del siglo XX.28 30 En 1815 el rey Fernando VII, tras
regresar a España y restaurar el absolutismo, creó la orden de Isabel la Católica, alta condecoración que
sigue otorgando en la actualidad el gobierno español. Más tarde, los liberalesy románticos españoles del siglo XIX tendieron a tener una imagen positiva de los Reyes
Católicos, a los que consideraban los últimos monarcas nacionales.28 A partir de 1938, la dictadura de Francisco Franco utilizó profusamente en su propaganda la figura y los símbolos de Isabel
«la Católica» (véase Simbología del franquismo).
En 1952 fue publicado por vez primera el texto de la bula Si convenit que otorgaba a Isabel y Fernando el
título de «católicos».31
En 1958 José García y Goldaraz, arzobispo de Valladolid, inició el proceso para la beatificación de Isabel. Creó un equipo de historiadores españoles a los que encargó
escribir sobre los puntos más conflictivos de la biografía de la reina. Luis Suárez Fernández se encargó de la expulsión de los judíos y como resultado de su
trabajo publicó varios libros. Otros miembros del equipo fueron Antonio Rumeu de Armas y Miguel Ángel Ladero Quesada.32 El historiador István Szászdi ha denunciado que los partidarios de la
beatificación o algunos nacionalistas
españoles han hecho desaparecer documentos históricos
de los archivos que podían comprometer la legitimidad de Isabel como reina.23
El proceso de
beatificación sigue su curso en la actualidad, sostenido por el apoyo económico
de los herederos del empresario mexicano Pablo Díaz.33 Los partidarios de Isabel achacan que el Vaticano no la haya beatificado a la oposición de un «lobby judío».33
Isabel tuvo cinco
hijos con Fernando (el cual había tenido otros hijos antes de su matrimonio):
·
Isabel (1 o 2 de octubre de 1470-1498), princesa
de Asturias (1476-1480; 1498), contrajo matrimonio con el infante Alfonso, pero a su muerte se casó en 1495 con
el primo del fallecido, Manuel,
que fue rey de Portugal con el nombre de Manuel I, el Afortunado. Fue reina de Portugal entre 1495 y 1498, muriendo en el parto de su primer hijo Miguel de Paz.
·
Juan (30 de junio de 1478-1497), príncipe de Asturias (1480-1497). En 1497, contrajo matrimonio con Margarita de Austria (hija del emperador
germánicoMaximiliano I de Habsburgo); murió de tuberculosis
poco después. Tuvo una hija póstuma que nació muerta. Margarita se fue de
España y se encargó por un tiempo de su sobrino Carlos,
futuro emperador Carlos V.
·
Juana
I de Castilla (6 de noviembre de 1479-1555), princesa de Asturias (1502-1504), reina de Castilla (1504-1555) con el nombre de Juana I. En 1496, contrajo matrimonio con Felipe
el Hermoso de Habsburgo (también hijo del
emperador Maximiliano I). Con él entró una nueva dinastía en España, la de los
Habsburgo, que formaban la Casa de Austria. Su primogénita fue Leonor de
Austria (1498-1558). En 1500 Juana fue por segunda vez madre, esta vez de su
primer hijo varón, el futuro Carlos
I, quien la sucedería y sería también emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V. En 1503, dio a luz a Fernando, sucesor de Carlos en el Sacro
Imperio como Fernando I, y restauró la rama austríaca
imperial de la Casa de los Austrias. Mentalmente afectada por la muerte de su
marido, fue recluida por su padre Fernando en Tordesillas, donde
murió.
·
María (29 de junio de 1482-1517), contrajo matrimonio en 1500 con el
viudo de su hermana Isabel, Manuel
I de Portugal, el Afortunado. Fue madre de diez hijos, entre ellos: Juan
III, Enrique I de Portugal y la emperatriz
Isabel, esposa de Carlos V.
·
Catalina (16 de diciembre de 1485-1536), contrajo matrimonio con el príncipe Arturo de Gales en 1502, que murió pocos meses después de la boda. En 1509 se desposó con
el hermano de su difunto marido, que sería Enrique VIII. Por lo
tanto se convirtió en reina de Inglaterra; fue madre de la reina María I de Inglaterra, María Tudor.
Ancestros
Ancestros de Isabel I de Castilla
Semblanza
de la reina
Imagen de Isabel de Castilla en el Conquistato de Granada, de 1482, por Pedro
Marcuello.
De ella, los cronistas
contemporáneos dijeron:
·
Pedro Mártir de Anglería: «Su modestia personal y
mansedumbre admirables»; «del rey no sorprende que sea admirable... pues leemos
en las historias incontables ejemplos de hombres justos, fuertes, dotados de
virtud, incluso sabios. Pero ella... ¿quién me encontrarías tú entre las antiguas,
de las que empuñaron el cetro, que haya reunido juntas en las empresas de
altura estas tres cosas: un grande ánimo para emprenderlas, constancia para
terminarlas y juntamente el decoro de la pureza? Esta mujer es fuerte, más que
el hombre más fuerte, constante como ninguna otra alma humana, maravilloso
ejemplar de pureza y honestidad. Nunca produjo la naturaleza una mujer
semejante a esta. ¿No es digno de admiración que lo que siempre fue extraño y
ajeno a la mujer, más que lo contrario a su contrario, eso mismo se encuentre
en ésta ampliamente y como si fuera connatural a ella?».
·
Hernando
del Pulgar: «Muy buena mujer; ejemplar, de buenas y loables
costumbres... Nunca se vio en su persona cosa incompuesta... en sus obras cosa
mal hecha, ni en sus palabras palabra mal dicha»; «dueña de gran continencia en
sus movimientos y en la expresión de emociones... su autodominio se extendía a
disimular el dolor en los partos, a no decir ni mostrar la pena que en aquella
hora sienten y muestran las mujeres»; «castísima, llena de toda honestidad,
enemicísima de palabras, ni muestras deshonestas»; «muger muy cerimoniosa en
los vestidos e arreos, e en sus estrados e asientos, e en el servicio de su
persona ; e quería ser servida de omes grandes e nobles, e con grande
acatamiento e humiliaçión. (...) por esta condiçión le era inputado algúnd
viçio, diziendo ser pompa demasiada».34
·
Lucio
Marineo Sículo: «Y no fue la reina de ánimo menos fuerte para sufrir
los dolores corporales... Ni en los dolores que padecía de sus enfermedades, ni
en los del parto, que es cosa de grande admiración, nunca la vieron quejarse,
antes con increíble y maravillosa fortaleza los sufría y disimulaba»; «aguda,
discreta, de excelente ingenio»; «habla bien y cortésmente».
·
Andrés
Bernáldez: «Fue mujer muy esforzada, muy poderosa, prudentísima,
sabia, honestísima, casta, devota, discreta, verdadera, clara, sin engaño.
¿Quién podría contar las excelencias de esta cristianísima y bienaventurada
reina, muy digna de loa por siempre? Allende de ella ser castiza y de tan
nobilísima y excelentísima progenie de mujeres reinas de España, como por las
crónicas se manifiesta tuvo ella otras muchas excelencias de que Nuestro Señor
la adornó, en que excedió y traspasó a todas las reinas así cristianas que
antes de ella fueron, no digo tan solamente en España mas en todo el mundo, de
aquellas por quien (por sus virtudes o por sus gracias o por su saber o poder)
su memoria y fama vive... de aquellas por sola una cosa que tuvieron o hicieron
vive y vivirá su memoria; pues cuanto más ha de vivir la memoria y fama de
reina tan cristianísima, que tantas excelencias tuvo y tantas maravillas
Nuestro Señor, reinando ella en sus reinos, por ella hizo y obró».
·
Fernández de Oviedo: «Verla hablar era cosa divina;
el valor de sus palabras era con tanto y tan alto peso y medida, que ni decía
menos, ni más, de lo que hacía al caso de los negocios y a la calidad de la
materia de que trataba».
·
Diego Enríquez del Castillo: «Prudente y de mucho
seso».
·
Diego
de Valera: «Llena de humanidad».
·
Alfonso
de Palencia: «Bondadosa»; «Mujer de pudor y pureza en sus
costumbres»; «Inteligente».
·
Fernando el Católico, en su testamento, declaró que
«Era ejemplar en todos los autos de virtud y del temor de Dios».
·
Fray Francisco Jiménez de Cisneros, su confesor, alababa
«Su pureza de corazón»; «Su gran corazón y grandeza de alma».
En cuanto a su
apariencia física, Isabel tenía la piel tan clara que parecía blanca, los ojos
de color azul verdoso,35 y el pelo entre rojizo-dorado y cobrizo, rasgos que compartía con sus hijas Catalina y Juana.
Año
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Christopher Columbus
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|||
True
Adventures of Christopher Columbus
|
|||
Predecesor:
Alfonso de Castilla |
Sucesora:
Isabel de Aragón |
|
Predecesor:
Enrique IV |
Sucesora:
Juana I |
|
Predecesor:
Boabdil |
Reina de Granada
1492-1504 |
Sucesora:
Juana I |
Predecesora:
Juana Enríquez |
Reina consorte de Aragón
1479-1504 |
Sucesora:
Germana de Foix |
Predecesora:
Ana de Bretaña |
Sucesora:
Germana de Foix |
1. ↑ Saltar a:a b La titulación completa
era: Reina de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba,
de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algeciras, de Gibraltar y Señora de Vizcaya
y de Molina.
3. Volver arriba↑ Así lo afirma el cronista Zurita pero
no hay sin embargo constancia documental de ello, según Fernández de Córdova Miralles (2005, p. 231)
4. Volver arriba↑ Artículo 56-2. Su título es el de Rey
de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
Artículo 57-1. La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M.
Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. (...)
1. Volver arriba↑ «Galería online P07656». Museo Nacional del
Prado. Consultado el 18 de noviembre de 2014.
4.
Volver arriba↑ [1] Kutz, Jens Peter, Karl V. (1500-1558) - Kaiserwahl und Kaiseridee, Universität Hannover
20. Volver arriba↑ Fehérné Walter Anna: Az ékírástól a
rovásírásig. II. köt. 207-208. p.; 210 p. Buenos Aires, 1975
21. Volver arriba↑ Mira Caballos, Esteban (2005). Isabel
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