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domingo, 7 de julio de 2013

Sierva de Dios Bárbara de santo Domingo


                                   Sierva de Dios Bárbara de santo Domingo Jurado Antúnez. Dominica de Sevilla (España)

Sor Bárbara de Santo Domingo fue una monja dominica de nuestro convento de Madre de Dios de Sevilla. Sus padres fueron Casimiro Jurado y María Isabel Antúnez. Se la conoce como "La hija de la Giralda" porque, su padre era el segundo campanero de la torre de la Giralda y ella nació en la rampa número treinta de dicha torre un 7 de febrero del año 1842. Fue bautizada a los dos días de nacer en la patriarcal iglesia del Sagrario.      
        Desde muy niña profesó una especial devoción a la Misa, en la que participaba diariamente, al culto eucarístico de las Cuarenta Horas, a la Pasión de Cristo y al santo Rosario, que rezaba diariamente.
        Por ser sus padres muy humildes no pudo ir a la escuela, pero su padre le enseñó a leer y escribir desde muy pequeña; pronto aprendió también a coser y bordar, como cualquier chica de su tiempo. Tomó clases de órgano con el propósito de poner la música al servicio de la Liturgia.
        Después de estar en el convento de Madre de Dios, como postulante, durante seis meses, tomó el hábito dominicano el 15 de enero de 1860 y el domingo 3 de febrero de 1861, habiéndose cumplido el año de noviciado, hizo su profesión solemne, con el sobrenombre de “Santo Domingo”.
                                 Fachada del monasterio de la Madre de Dios de Sevilla. MM Dominicas.

        El 13 de octubre de 1868 las monjas de Madre de Dios se vieron obligadas, por las leyes revolucionarias de reducción de monasterios, a abandonar el suyo y unirse a la comunidad cisterciense de San Clemente.     


                           Fachada e iglesia- retablo del Monasterio de San Clemente de Sevilla.
                          Comunidad actual de monjas cistercienses del convento de san Clemente de Sevilla.
        Sor Bárbara recibió grandes favores del Señor a lo largo de toda su vida, que ella multiplicó al modo evangélico de los talentos, pues siempre los puso al servicio de las Hermanas. Tenía un espíritu alegre y risueño que se traslucía en su semblante y siempre estaba pronta para ayudar en todo a sus hermanas, dándose un arte especial para estar lista y hacer los oficios más humildes. Su disponibilidad y entrega era tal que todas las hermanas acudían a ella incesantemente para que las ayudase.
        Unas semanas después de su muerte la Priora del convento declaró que Sor Santo Domingo no sólo era sus pies y sus manos sino que además lo era de toda la Comunidad. Y así lo manifestaron también las demás hermanas de San Clemente pues Sor Santo Domingo no sólo lo era de su comunidad de Madre de Dios, sino que también lo era de las religiosas de la comunidad de San Clemente.       
        Sor Bárbara de Santo Domingo muere el día 18 de noviembre de 1872 en el referido Monasterio de San Clemente en torno a las seis de la mañana. Su confesor, que estaba presente, por haber ido a darle los últimos auxilios, expresaba la santidad de su vida, momentos después de su fallecimiento, con estas palabras:
        Sor Bárbara está muerta, y su alma bendita en la gloria.     
        Después de permanecer su cuerpo insepulto por espacio de nueve dias, por las señales extraordinarias que los médicos no dejaron de observar en él, se procedió a darle sepultura.
          El epitafio colocado en su lápida fue una síntesis de su vida y en él podía leerse:  

Aquí yace el cuerpo de la sierva de Dios Sor Bárbara de Santo Domingo Jurado Antúnez, religiosa dominica del extinguido convento de Madre de Dios. Por su admirable perfección de vida, singularísimas virtudes que constantemente practicó, gracias extraordinarias con que nuestro Señor la favoreció, y por la incorrupción de su cadáver por espacio de ocho días, terminó su peregrinación de esta vida terrestre en grande olor de santidad el día 18 de noviembre de 1872, a los 30 años de su edad. E.S.G.E.
         El 16 de noviembre de 1877 los restos mortales de Sor Bárbara fueron trasladados solemnemente del monasterio de San Clemente al de Madre de Dios, adornadas las calles del trayecto, en medio del fervor eclesiástico y popular. Durante los seis días que estuvo expuesto su cuerpo en el coro de la iglesia, dentro de una caja de madera y cinc, desfiló nuevamente la población sevillana y gentes venidas de lugares cercanos, para honrarla, pedirle gracias y tocar en su caja rosarios y otros objetos (como ya había ocurrido en San Clemente), que se llevan a sus casas como reliquias.     
        El día 21 de dicho mes, después de una solemnísima celebración, su cuerpo fue depositado en una cámara sepulcral recubierta de vistosos azulejos, adosada al muro de la calle, cercano a las rejas del coro en la que figura la siguiente leyenda o inscripción: 

Su cuerpo fue trasladado

del convento de San Clemente,
a este de Madre de Dios,
el 16 de noviembre de 1877.

        Su Proceso de su canonización fue introducido el año 1900, viéndose interrumpido a causa del traslado del Postulador que fue llevado al convento de San Juan de Letrán de La Habana, Cuba, volviéndose a reabrir en el año 2001 y aún permanece abierto a falta de algunos detalles menores.        
          Las aportaciones económicas para ayudar a la Causa de Beatificación de Sor Bárbara se pueden realizar, bien personalmente en el convento a su priora, o por ingreso en la cuenta corriente nº 20980001470372000974, de la entidad Cajasol a nombre del convento Madre de Dios, Sor Bárbara, de la que son titulares las madres Dominicas y bajo el concepto de “donativo”.

Para más información acudir a:

MM. Dominicas
Monasterio de la Madre de Dios
C/ San José, 4
C.P. 41004     Sevilla
Telf.:  (95) 4217822

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